El León de Oro ruge en la Catedral. Así comenzaba Jonathan Mallada su crónica en LNE del concierto que nuestro buque insignia ofrecía al público este pasado lunes, 3 de abril, en la Catedral Metropolitana de Oviedo.

Quienes tuvimos la suerte de asistir al concierto, aún seguimos con la boca abierta y preguntándonos como puede sonar tan exquisitamente una obra de tanta dificultad como lo es la Missa Praeter rerum seriem de George de La Hèle, del siglo XVI, cantada a SIETE VOCES. Sí, señoras y señores, aquello eran 7 voces cantando al unísono, cada una de ellas afinada hasta el último nanotono. Increíble pero cierto. Tanto fue así, que un fragmento del Kyrie de esta misa fue el elegido como bis por El León de Oro, tras la ovación al finalizar el concierto. 

En la crónica y crítica posteriores, que adjuntamos abajo, Mallada habla de la grandiosidad de esta obra y del resto del programa, que, aunque el capitán del buque, Marco Antonio García de Paz, la dividió en proa y popa, antiguo y moderno, no hacía aguas por ninguna parte.

Si bien todas las obras del programa son de una delicadeza y una calidad interpretativa impecables, además de la ya elogiada Missa en la proa, en la pieza de Andrej Makor en la popa, «O lux beata trinitas», la melodía base es de una dulzura que te invita a cerrar los ojos, volar sobre campiñas verdes  y sentir el aroma del petricor.

Acierto pleno con el título que Marco Antonio García de Paz puso al programa, «Más allá del orden de las cosas», sobre todo sabiendo que «orden» es, entre otros, sinónimo de «paz«, la que nos queda en el cuerpo tras un concierto de El León de Oro.

El Leon de Oro ruge en la Catedral – La Nueva Espana
La exigencia que forja una leyenda – La Nueva España