El coro «El León de Oro» publica un impresionante disco centrado en la polifonía de Francisco Guerrero.

COSME MARINA – Cultura – Suplemento de La Nueva España – 18/3/21

La interpretación musical asturiana atraviesa un momento excepcional. Agrupaciones y artistas están mostrando un nivel altísimo y resistiendo con audacia y capacidad a los embates de la pandemia. Pero, sin duda, hay una formación que ha logrado el cetro y se ha ubicado en la vanguardia nacional y europea: el coro «El León de Oro«, que dirige Marco Antonio García de Paz, que, además, mantiene una colaboración estable con la prestigiosa casa de discos Hyperion y tiene por delante un espectacular calendario de concierto, a medio plazo, en España y diferentes países europeos.

Su último trabajo para el sello inglés vuelve a tener un colaborador de lujo, el maestro Peter Phillips. A la presencia de uno de los grandes maestros de la música coral de nuestro tiempo, hay que sumar el enorme acierto de centrarse en el catálogo del músico sevillano, mucho menos conocido por el gran público -si lo comparamos, por ejemplo, con Cristóbal de Morales o Tomás Luís de Victoria– y que no sólo está a la altura de estos, sino que su camino creativo tiene rasgos de genialidad que, a través de acercamientos como el que nos ocupa, deberían reubicarlo de manera definitiva como uno de los nombres imprescindibles del patrimonio musical español. El propio Phillips, en las notas del disco, cree que el problema de su menor apreciación radica, precisamente, en que «la música de Guerrero no se conoce lo suficiente». 

En el monográfico encontramos motetes, lamentaciones, el «Magnificat quarti toni«, y canciones y villancicos espirituales. Todo ello nos sirve para deslumbrarnos ante la belleza de una música interpretada con rigor absoluto y con una afinación tan precisa que, en la actualidad, dudo que podamos encontrar en otra agrupación coral de nuestro país.

A todo ello hemos de añadir que la veta interpretativa es caudalosa en su expresión y cálida y cercana, con admirable capacidad expositiva. No es asunto menor la grabación del cisco en la iglesia del Monasterio de San Salvador de Cornellana. Aporta de manera efectiva en el balance sonoro global. El viaje que «El León de Oro» nos propone a través del legado de Guerrero es un auténtico tesoro. No cansa escuchar esta música fascinante, tan bien ejecutada, tratada con tanto respeto y que nos llega de forma directa, sin atajos, fruto de un trabajo intenso, de una complicidad en la que los coristas y los responsables de la formacion reman en la misma dirección.

«El León de Oro» es un privilegio para Asturias. Es un proyecto de largo alcance que, hace más de veinte años, arrancó Marco Antonio García de Paz y un grupo de entusiastas coristas, muchos de los cuales ahí siguen vinculados. Desde entonces ha ido creciendo, de forma pausada, reivindicando su presencia con los resultados. Frente a tanto humo que a veces se vende, sobre todo ahora que la mediocridad se cuela a raudales por las redes sociales, reconforta encontrar este altísimo nivel en nuestra región. Ojalá este león coral siga rugiendo y dándonos alegrías en el futuro y dejando referencias absolutas como este último disco que ahora ve la luz.