Una buena salud y, en caso de que nos falle, una buena sanidad, es todo lo que este año le hemos pedido a Papá Noel y le pediremos a SSMM Los Reyes Magos. 

©Beatriz Montes

Este domingo llegan las vacunas, y en unos meses deseamos poder despertar de toda esta pesadilla y tratar de dejar atrás esta experiencia, sin olvidarnos de nuestra vulnerabilidad y capacidad de cooperación y solidaridad.

Todas las personas que en su momento participasteis en nuestra recaudación de fondos, con la que conseguimos 2750€, sois un gran ejemplo de que juntos podemos acelerar procesos que en circunstancias normales, por falta de recursos económicos y humanos, no son posibles de alcanzar.

Una vacuna, en circunstancias normales, no cuenta con las increíbles sumas de dinero que tantas y tantas personas por todo el mundo, desde multimillonarios o personajes de la crónica cultural y social, hasta las personas más humildes que, con sus puñados de arena, hemos conseguido que, en un tiempo fuera de lo normal, tengamos una vacuna y, con ella, una esperanza.

Eso, unido a la facilidad que las administraciones públicas mundiales han dado al proceso burocrático, que es otra lacra que ralentiza las vacunas normales, es la razón (y no otra) de que este domingo, 27 de diciembre, cientos de miles de personas en el mundo se vayan a empezar a vacunar.

Tenemos el orgullo de saber que hemos tenido parte de «culpa» en ello, puesto que nuestra aportación se ha destinado a colaborar con la Organización Mundial de la Salud, encargada de distribuir los fondos a todas las partes implicadas en que esto ocurriese. Y ocurrió. 

Ahora nos queda esperar a llenar espacios con música, a volver a cantar sin mascarilla, a darnos abrazos y besos sin temor, y desear que todo esto nos haya servido de lección, una lección que no habríamos querido aprender, pero que no podemos obviar.

Por las personas que ya no están, y por las que están dándolo todo, FELIZ SANIDAD 2020.