Crítica del musicólogo Jonathan Mallada para La Nueva España – 27/12/23
Salud, felicidad y música para 2024
El León de Oro clausura con brillantez el año en el auditorio ovetense
Poco más de dos décadas de historia han servido a «El León de Oro» para convertirse en un proyecto coral de absoluta referencia. Sus contrastes esfuerzos en la búsqueda de repertorio y en la renovación de sus efectivos han permitido mantener a sus tres agrupaciones los estándares de calidad que se presupone en una entidad de esta importancia. En su tradicional concierto de Navidad, aun sin renunciar al repertorio que tantos éxitos les ha permitido cosechar, se agradeció enormemente la inclusión de villancicos (por parte de cada coro participante) para redondear todavía más la emotividad de la velada.
Los «peques» se han hecho mayores. Su madurez y saber estar sobre el escenario se observa en unas voces bien timbradas, de redonda sonoridad y fiable afinación, poniendo de manifiesto que, pese a la edad de sus integrantes, están llamados a hacer grandes cosas más pronto que tarde. Magistrales sus ejecuciones de «Sub tuum Praesidium» (M. Kocsár) y «Salver Regina confinada» (C. Reda).
Siempre resulta placentero escuchar a la agrupación femenina «Aurum«. Evidencia un tratamiento vocal excepcional, lleno de frescura y atractivo, con un equilibrio notable y un repertorio donde no faltan las piezas repletas de disonancias y retos interpretativos que «las chicas» solventan con pasmosa facilidad y un gusto exquisito. Un claro ejemplo lo encontramos en el «Veni Domine» de Félix Mendelssohn o en el «O Magnum Misterium» de Elberdin, con unas sopranos excepcionales y unas voces intermedias siempre a bien nivel.
Cerraba el concierto «El León de Oro«, uno de los buques insignia en la interpretación de la música renacentista y barroca de nuestro país. En versión camerística, con 12 mujeres y 11 hombres, se limitaron a jugar con la sonoridad y la potencia de sus voces. En «Lully, Lulla, Lullay» (P. Stopford) lograron imbuir al público dentro de una atmósfera sonora envolvente, llena de calidez y expresividad, coronada por un gran solo de Rosso. «Gaudete», villancico tradicional que encierra la sonoridad propia de repertorio contenido en el cancionero de Upsala, mostró la solidez de las voces graves, mientras que el «Pasaje de Navidad» (H. Gavito) sirvió para lucir la riqueza de nuestro folclore en una interesante sucesión de temas que permitieron a los pupilos de Marco Antonio García lucirse ante un público numeroso. Brillante trabajo de todas las secciones, de su pianista acompañante (Oscar Camacho) y una manera inmejorable de despedir el año 2023.